Enrique Peña Nieto engaña y sus mentiras buscan ser
ocultadas con una efectiva estrategia de comunicación que le permite
seguir mintiendo a través del control absoluto de la información en
televisión, a través de campañas que nos hacen recordar la antigua
práctica de los sofistas de hacer de una patraña una verdad.
En
menos de un año las promesas que hizo Peña Nieto, primero como
candidato del PRI y luego como presidente, a través del Pacto por
México, se han ido desmoronando hasta tomar su verdadera fisonomía.
Las
recientes noticias no dejan dudas de que el presidente priista ha
mentido. Cuando arrancó su gobierno en diciembre pasado aseguró que la
economía del país iba viento avante y así se mantendría para combatir la
pobreza.
Ocho
meses después la realidad se ha impuesto. La economía nacional cayó
0.74%, según alertó el INEGI, y la Secretaría de Hacienda por segunda
ocasión en el año redujo la expectativa de crecimiento que,
inicialmente, aseguró sería de 3.1 a 1.8%.
El
impacto de este decrecimiento se verá principalmente en los programas
sociales. Cuando firmó el Pacto por México como plataforma de su
gobierno, Peña aseguró que se combatiría la pobreza que aqueja a más de
50 millones de mexicanos. Hoy la secretaria de Desarrollo Social,
Rosario Robles, simplemente dijo que la Cruzada contra la Pobreza ya no
abarcaría a todos los pobres sino sólo a 7.4 millones en extrema pobreza
y, de 400 municipios que aseguró se atenderían, hoy dicen que solo se
abarcará a 80.
En
materia de transparencia, Peña Nieto también ofreció que su gobierno
combatiría la opacidad y daría nitidez a todas sus acciones. Hoy el PRI
en la Cámara de Diputados aprobó modificaciones a la Ley de
Transparencia tendiendo un manto de protección a la PGR, Banco de
México, CNDH, Ejército y partidos políticos frente a las solicitudes de
información realizadas al IFAI. Para tener acceso a la información de
estas entidades públicas habrá que iniciar un juicio y, en caso de tener
un fallo favorable, las instancias podrían apelar, convirtiéndose este
derecho en un costoso enjambre burocrático.
La
aprobación de estas reformas a la Ley de Transparencia sólo provocan
sospechas de que el gobierno de Peña Nieto quiere prepararse para
ocultar información de acciones que tomará en materia de justicia –la
salida de Rafael Caro Quintero y el regreso de propiedades a Raúl
Salinas de Gortari–, lo mismo que del Ejército y los partidos políticos
que, por ley, están obligados a dar información por ser entidades de
interés público.
Es
claro que la intención del gobierno federal es controlar al IFAI, lo
cual significa un retroceso en la lucha ciudadana de décadas por tener
información de la actuación de las entidades gubernamentales.
Ahora
que el gobierno federal dice que las reformas de telecomunicaciones
serán para beneficio del público, en realidad sólo las grandes empresas
de los medios, como Televisa y Televisión Azteca, recibirán las
ganancias del nuevo canal por abrir.
Lo
mismo habrá de ocurrir con las reformas del sector energético que
disfrazan la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) en los contratos de utilidad compartida,
tanto para la explotación de los hidrocarburos como de la generación de
electricidad. ¿Cómo es que piensan que abriendo este sector estratégico
se puedan generar empleos y mejores salarios para los mexicanos si los
beneficios directos serán para los nuevos socios internacionales?
Pero
de todas las mentiras, quizá la más dolorosa sea aquella en la que
aseguró que el país estaría en paz y se acabaría la violencia generada
por el crimen organizado. En lo que va del gobierno de Peña Nieto se han
registrado 7 mil 119 muertes por la narcoviolencia en México, reveló
recientemente el gabinete de seguridad, lo que representa mil 10
asesinados cada mes o 34 diarios en promedio.
El desinterés por atender a las víctimas de la violencia se hizo más que claro cuando el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, anunció que se asignarían sólo 400 ministerios públicos para atender los 26 mil casos de desapariciones, y a la Procuraduría Social de Atención a Víctimas del Delito (Provictima) un presupuesto mínimo de 420 millones de pesos para atender a miles de familias de muertos en la guerra contra el crimen organizado.
Esta
lista de promesas no atendidas por parte de Peña Nieto describe el tipo
de gobierno que tendrá en los cinco años restantes. Un gobierno de
mentiras que habrán de ser disfrazadas por los principales medios y sus
voceros en turno.
Fuente: José Gil Olmos / Proceso
1 comentario :
Y las computadoras que prometio desde el año pasado para los de 5 y 6. donde quedaron. ya muchos niños se fueron a secundaria y le valio madres.
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