Un caso atípico de robo en el que el ladrón seguramente llevaba una pistola de agua, ya que el dependiente ni se inmutó al verle y su reacción fue clara… “NO CABRÓN, Y HAZLE COMO QUIERAS”.
1 comentario
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Anónimo
dijo...
Le bastó con ver nada más como agarraba el arma para saber que tenía enfrente a un enclenque.
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Le bastó con ver nada más como agarraba el arma para saber que tenía enfrente a un enclenque.
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