COLABORÓ: ARMANDO V.
Con el experimento, Tronick demuestra cuán importante es la interacción
para el desarrollo de los niños. El doctor explica: “Los bebés tan
pequeños son muy susceptibles a la información y la interacción que
tienen con el mundo.
Esto es algo que comenzamos a estudiar hace 30 o 40
años, cuando la gente creía que los niños no necesitaban interactuar
socialmente. En el 'still-face experiment' lo que hacemos es pedir que
la madre se siente y juegue con su bebé de un año. Ella saluda al bebé,
la bebé la saluda de vuelta […]
La madre intenta involucrarse con la
bebé y jugar con ella. Están buscando coordinar sus emociones y sus
intenciones. Eso es lo que el bebé necesita. Después le pedimos a la
madre que deje de responder al bebé. La bebé lo nota rápidamente.
Utiliza todas sus habilidades para hacer que su madre responda. Le
sonríe, señala. La bebé levanta ambos brazos y dice: '¿Qué está
pasando?'. Hace ruidos agudos […]
En los dos minutos donde no obtiene
la reacción que busca, la bebé comienzan actuar de forma negativa, se
voltea, siente estrés y pierde el control”.
El doctor señala que es que es posible recuperar la alegría del bebé una vez que volvemos a prestar atención al niño, “lo malo sería si no devolvemos al bebé la oportunidad de interactuar con sus padres”.
2 comentarios :
Muy buen experimento. Me gustó la forma que lo hicieron.
Hicieron ese experimento en Guatemala con el Chido One, pero se les olvidó prestarle atención nuevamente, por eso quedó así de imbécil.
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